jueves, 21 de agosto de 2008

¡Pase lo que pase, Dios sabe lo que hace!





Resulta que encuentro una carta antigua, muy antigua de cierta forma, la verdad aún no se de quién es, pero ¿eso importa?, yo creo que no, lo que realmente importa es el contenido, pero lo que me llamó la atención, fue: la historia, la cual me gustaría compartir.




"Han pasado varios meses, desde aquel encuentro furtivo, entre él y ella, dos muchachos jóvenes, con toda la vida por delante, que envidia, ya quisiera tener aquella fortuna, pero Dios sabe lo que hace.



La atracción no se hizo de esperar, como es de imaginar, pero ¿será bueno? pregunto yo, no lo sé; en la universidad, los rumores no se hicieron de esperar, las burlas acompañaron ese compás, pero ellos bailaban a un ritmo mayor, al ritmo del amor.




Pasaron los meses, una dificultad por aquí, otra por allá, como en toda vida normal; y esa pareja iba mas allá de lo que se podría imaginar. Lamentablemente tengo que informar, lo que ella quería pero ambos temían, los quiso sorprender, y él sin habla se quedo al saber, que el gran Dios lo quería premiar, ¡oh sí! siendo ¡Papá!




¿Y ahora que van a hacer? dos muchachos que no pasan de la timides. La familia del padre, se mostró muy amable, es más estaban felices; pero ella, estaba tan triste...No por su futuro hijo, sino por sus ya pasados padres, ¿qué le dirían?, ella no era de la tierra del sol naciente, era del mar incandescente...




Sus padres la habían mandado acá a estudiar, y mira pues con que salio a deleitar. Antes de aquella primicia, ellos ya habían planeado una "noticia", querían sonar campanas, querían llegar al altar.




Eran menores de edad, no podrían llegar allá, no al menos en un año, pero un detalle se les había adelantado. Nadie en la universidad sabía, solo eran rumores, pero en la vida solo cuatros se enteraron, antes de los abuelos, esos cuatro mantuvieron el secreto, solo hasta el cuarto mes.




El cuarto mes llegó, y el mundo se sorprendió, no solo por que ya no había como ocultar, sino era su manera de actuar y de enfrentar. Como ya mencioné antes las críticas, burlas y humillaciones, eran la diversión de muchos cobardes.




Y la petición no se hizo de esperar, ¡es un error! ¡¡¡se puede corregir!!!, solo hay que inducir, y saldrá sin mucho que esperar, ¡¡¡tienes que abortar!!!, eso le dijo su mamá.


Ella comprendía a su madre, comprendía su pensar, pues ella era joven con una vida por delante, y un "pequeño error", pero le dio coraje, aquella situación, todo mundo la criticaba, le decían lo que tenía que hacer, pero había una pregunta en el aire, ¿fue amor, o fue un error?


Los dos se hicieron esa pregunta, cada quien por separado , pero los dos llegaron a la misma conclusión, y tomaron la misma desición, fue amor, y sera NUESTRO fruto de ese amor. He hicieron lo que muchos jamás siquiera imanaron, aunque aun dudo, después de casi veinte años, que hayan sido los primero y que sean los últimos en hacerlo, sé que lo harán generaciones posteriores...enfrentar al mundo.


Pues sí, tuvieron a su hijo, enfrentaron a todo, a sus padres de ella, fue lo primero, no quisieron saber mas de ella, los de él si lo apoyaron, a mi parecer fue lo mas razonable posible. Enfrento burlas, comentarios desagradables, en realidad ambos lo hicieron, pero poco a poco se ganaron la admiración, de los que alguna ves la criticaron y humillaron, termino su carrera con muy buenos puestos, es arquitecta; él es ingeniero; y por amor se jugaron todo y contra todos, tuvieron a su hijo, el cual les lleno tantos vacíos por incomprensiones absurdas. Ya han pasado casi veinte años de aquel suceso, y aprendí algo en el trayecto, algo que mi madre me enseñó bien, ...pase lo que pase, Dios sabe lo que hace... Es algo que aun no olvido, mis abuelos años después se dieron cuenta del gran error, y sí es así, esta mi historia, y aun sigo aquí.

"1890...El Arquitecto..."

...Dios sabe lo que hace...


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